viernes, 4 de octubre de 2019

Mi Amigo Jesús (Cuento)

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Dedicado a mi bella sobrina. Amy Isabella, Aquí tienes tu primer cuento.

A: Marius, mi yo del pasado, en agradecimiento por esta gran aventura, se bienvenido al futuro.

Y a mi Eterna y Amada Brungiatti. quien, con su grandioso amor; infinitamente, me da las fuerzas para escribir historias hermosas.

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CAPITULO 1
EL ENCUENTRO EN EL MERCADO DE TELAS

El sol acariciaba el pueblo de Genaylla; un poblado de Agharta, que con su inmenso calor abriga.

Tras aquel telar se escuchaba el bullicio de 5 niños, Fily, Mey, Mar, Rosa y Marius, que por las tardes incansablemente jugaban a la pelota, un juego muy particular:

¡Tuya Marius! ¡pásala rápido a Fily! — le decía Rosa — que alegremente corría también para atraparla.

¡No la dejen caer! — insistía Mar — mientras cantaban la canción del juego del niño papa; que consistía en tomar una pelota y arrojarla hacia arriba mientras se menciona el nombre del niño que deberá atraparla, y si no la atrapa, se convierte en niño papa.


¡que no caiga! ¡que no caiga!
¡que te convertirás en papa!
¡que no caiga! ¡que no caiga,
¡que serás el niño papa!

Todas las tardes eran así; llenas de alegría, de convivencia, de amistad.

Un día, pasaba por allí un niño hermoso, con una bella manta blanca, tímido, proyectaba un corazón enorme, lleno de inocencia, ojos grandes, mejillas rojizas que parecían dos manzanas en su rostro; el niño solía posar tras un telar y los observaba, pero no se atrevía a jugar, solo los miraba; cada vez que la pelota llegaba a sus pies, él la observaba luego miraba a los demás niños, sonreía y salía corriendo.

Así pasaban los días siguientes, el solía irse antes de tener contacto con los demás niños debido a su misteriosa timidez.

A los 5 niños les parecía algo extraño el comportamiento del nuevo niño, les intrigaba, ellos querían jugar con él, pero no lo lograban.

Hasta que un día la pequeña Fily le dice a Rosa, Mar, Mey y Marius:

Fily — ¡Oigan chicos!

Todos — ¡Qué…!

Fily — debemos hacer que ese niño juegue a la pelota con nosotros, debe ser feliz, pues: ¿Qué sería de este mundo sin niños felices?

No sé — dijo Marius —

Estaría lleno de papás tristes — contesta Mar —

Rosario — cierto, “Los niños somos el origen de las sonrisas” — menciono —

De pronto dice Marius — y… ¿si le preguntamos a Yermo el sabio de la colina? El sabrá indicarnos que hacer para que juegue con nosotros y sea uno más de nuestros amigos.

¡No! — Decía Mar, con una seriedad; los sabios son del mal, son brujos, me lo dice mamá constantemente, su sabiduría es mala, ya que se las da el diablo, y… dicen que tiene en su poder a dos niños que se los llevo con él, desaparecieron del pueblo hace mucho tiempo, se llamaban David y Ángel

Rosa — no nos asustes Mar.

Fily — si, no nos asustes.

Marius — bueno dinos tu plan Fily, que el sol se nos va.

Mey - ¿a dónde se nos va?

Marius – Es un decir, significa que ya es tarde Mey.

Mey — ¡ah…!

De pronto Fily inquietante dijo:

Estos son mis planes chicos, a ver qué les parece, pongan atención; jugamos a la pelota tres de nosotras, Marius y Rosa se esconden entre los telares, después yo arrojare la pelota hacia él, y cuando él la mire y se vaya corriendo les gritamos que salgan Marius y Rosa para que lo atrapen.

Mar — buena idea.

Mey — sí que es una gran idea.

Rosa — de acuerdo.

Marius — de acuerdo, así tendré un nuevo amigo, aquí puras mujeres.

Ya que se habían puesto de acuerdo los cinco niños, se la pasaron toda la tarde platicando de ello y lo que le preguntarían cuando fueran amigos.

— de pronto dice Marius —
“Aquí se rompió una taza y cada quien a su casa”

Marius se fue a su cabañita bonita hecha de ladrillo y teja, no quiso cenar, solo llego y saludo a sus papas y se fue a dormir. Pensaba, pensaba, no podía conciliar el sueño; cuando al fin logro dormir, soñó con aquel misterioso niño, en su sueño aparece jugando con él, corrían y reían por la colina, Marius le pregunta: ¿Por qué no juegas con nosotros? — y él le contesta — todo a su tiempo, tú serás el primero en conocerme, recuerda siempre esta frase:

“Puedes atrapar mi corazón, solo si tus manos llevan amor”

¡Vamos! ¡sigue corriendo! — le decía el niño de la manta blanca, a que no me alcanzas — insistía — Marius salió corriendo tras él, pero en unos instantes Marius ya no le alcanzo y el niño desvaneció entre las flores. Marius despertó contento pero intrigado — ¿Cómo sabia el niño en su sueño que él lo atraparía? — Aun así, salió corriendo de su cabaña a platicarlo con sus amigas.

¡Amigas! ¡amigas! Fily, Mey, Rosa, Mar, ¡vengan! ¡corran! Les tengo una noticia; — ¿Qué creen? —  hoy lo atraparemos — dijo Marius agitado, pero con esmero —
Mey dijo — ¿Cómo estas tan seguro?

Marius — el me lo dijo en un sueño, él sabe cómo me llamo.

Rosa — No es verdad Marius, es solo un sueño, sigamos el plan.

Mar — Si Marius, el plan, te creemos, pero queremos tener un nuevo amigo para jugar.

Marius — pero, pero, bueno, sniff, sniff, al plan.

Fily, Mar y Mey fueron a jugar al lugar de siempre, donde todo era un ritual de alegría, mientras tanto Marius y Rosa buscaban entre el puesto de telas un lugar seguro para ocultarse y esperar el momento para atrapar al niño de la manta blanca.

Allí va Mar, ¡pásala! ¡pásala rápido! que no caiga — decía — mientras repetía la frase del juego.

¡que no caiga! ¡que no caiga!
¡que te convertirás en papa!
¡que no caiga! ¡que no caiga,
¡que serás el niño papa!

(Imagen) El niño de la manta blanca se esconde en los telares

El niño de la manta blanca, los miraba y sonreía, veía como cantaban y divertían, en ello Mar avienta la pelota hacia el niño; el plan ya estaba hecho, el niño sonríe, mira el balón, voltea a ver a las niñas y sale corriendo como relámpago, entonces Fily y Mar gritan:

¡atrápalo Marius! ¡atrápalo Rosa!
Marius sale inmediatamente de los telares, y lo abraza, le atrapa y le dice:

No temas amigo, no te haremos daño, no corras, solo queremos ser tus amigos ¿Cómo te llamas?

Hola Marius — le dice el niño de la manta blanca — «se bienvenido a mi mundo» tu sueño era real, por si te preguntan tus amigas.

Todas quedaron asombradas ante las palabras de Jesús.

May — pero, ¿Cómo te llamas? dinos niño misterio.

Niño — Me nombran Jesús.

Rosa — ¿Por qué te ibas cuando queríamos jugar contigo?

Mar — ¡sí! ¡dínoslo! — afirmaba —

Jesús — si quería jugar, pero siempre que tengo un amigo mis papas me llevan de nuevo a otro lugar, ya que son mercaderes, principalmente de muebles y viajamos mucho, es raro cuando regresamos al mismo lugar.

Fily — ¡ah! con razón te ibas.

Marius — ¿quieres jugar?

Jesús — ¡Sí! Claro, soy un niño que por siempre en la eternidad lo seré y tú serás siempre mi amigo Marius.

Marius — ¡oh! por siempre, ¡Si!

Mey — ¡Sí! allí va de nuevo la pelota, ¡que no caiga!

— Todos —

¡que no caiga! ¡que no caiga!
¡que te convertirás en papa!
¡que no caiga! ¡que no caiga,
¡que serás el niño papa!

Y así fue toda la tarde, jugando, riendo, cantando, el niño Jesús fue arropado por la amistad de los cinco niños…


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CAPITULO 2
JESÚS EMPRENDE MÚLTIPLES VIAJES

Pasaron los días y los niños se divertían…

Jesús les platicaba todas sus aventuras de sus viajes, felizmente, y un día les hace un comentario a sus amigos:

Jesús — Hola amigos, ¿Cómo están? Les tengo una noticia buena y una no tan buena, cual quieren primero.

Todos — ¡No!, No te vayas amigo.

Marius — no lo hagas hermano, todos te queremos, pero; a ver dinos la buena noticia.

Jesús — la buena nueva es que volveré con ustedes pronto, solo será un viaje de días, aquí cercas, iremos a Ghartaylla, un pueblo maravilloso, verán, les traeré de sus frutos, son los más ricos que he probado en mi vida, os encantara.

Fily — ¡oh! Suena lindo ese lugar.

Jesús — Sí, está cerca de ciudad Shimbay, muy bella.

Mey — Suena cercas, ¿te acompañamos?

Jesús — No pueden, recuerdo que dijiste que «los hijos son la felicidad de los padres» se pondrán tristes si se alejan de ellos.

Mar — pero; ¿Cómo los sabes?            

Jesús – solo lo sé. Y ahora que mis papas me lleven a Shimbay volveré con regalos, muchos regalos, siempre compramos recuerdos y comida, les traeré algo.

Todos — ¡Sí!

Y así paso pronta la tarde, todos felices y contentos cantaban.

A la mañana siguiente, Jesús se despidió y marcho, y los niños jugaban al juego de la pelota mientras que cantaban:

¡que no caiga! ¡que no caiga!
¡que te convertirás en papa!
¡que no caiga! ¡que no caiga,
¡que serás el niño papa!

«Eran las palabras más divertidas para jugar, nadie quería tener la cara de papa, arrugada y seca, je, je, je… que niños…»

Paso el tiempo y en uno de sus viajes Jesús le trajo un regalo a cada uno de sus amigos mientras les decía:

— Amiga Fily — te traje este collar de perlas que brillan como tus ojos — ¡Wooow! expreso Fily —

— A ti Rosa — Unas flores de cristal como tu corazón, mira en la luz cambian de color — ¡que bellos!  le dijo Rosa —

— A ti Mar — te traje un collar que simboliza un círculo de amor, ¡Oooh! Qué bello — le dijo Mar —

— A ti Mey — te traje este cuenco con piedras preciosas como tú, que te darán una bella vibra.

Marius estaba animado, contento pero misterioso, se preguntaba:

¿Qué me habrá traído? Soy su mejor amigo, ¿algo enorme?

Jesús lo miró fijamente a los ojos y le dijo: ¡oh Marius! No sé qué regalarte más que mi amistad eterna.

Marius — ¡oh! tiene importancia hermano, mi mejor regalo es tu amistad y que siempre regresaras con nosotros a jugar.

Jesús — “Donde hay amistad y amor, la luz siempre se mantendrá encendida” sigue así Marius cultiva amistades, brilla, brilla. ¡ah! Si te traje algo ¿a poco crees que me olvidaría de ti? ¡No!, te traje algo muy especial, un amuleto que te protegerá por una eternidad, tómalo y nunca te separes de él; quien te cuidará de todo mal.

Marius tomo el amuleto, un símbolo con cinco puntas, y cuando lo coloco en su cuello un suave susurro del viento se escuchó, paz, mucha paz era lo que Marius sentía.

Gracias Jesús — le dijo Marius — con una alegría en su corazón, gracias.

Amigo — dijo Jesús — ¡juguemos a la pelota!


¡que no caiga! ¡que no caiga!
¡que te convertirás en papa!
¡que no caiga! ¡que no caiga,
¡que serás el niño papa!

Así pasaron los días, las semanas, los meses, Jesús se iba de viaje con sus papas y siempre volvía lleno de regalos y comida, Jesús siempre contento de volverles a ver, los cinco amigos ya se habían acostumbrado a la rutina de que Jesús volvía, jugaban y eran felices para siempre.

Un día al finalizar del juego Jesús les dijo: amigos les tengo una noticia, hare otro viaje más lejos, pero volveré, no se preocupen los quiero mucho amigos, gracias por su amistad.

Jesús viajo semanas y regreso lleno de regalos para sus amigos que le esperaban con ansias para jugar y convivir.

Pero un día no fue igual, Jesús se mostraba más serio e intento estar contento con los demás niños jugaban y jugaban, llego el momento en que se despidió de sus amigos para su próximo viaje, se le acerca a Marius y le dice:

¡Marius! ¡oh mi amigo Marius!
“Cuando una vela se apaga, se enciende su sucesora, la que se apaga va al infinito, que se queda prepara su infinito”

Vuela Marius, vuela — le dijo Jesús —

Marius no supo que decir, se quedó impresionado, pues no entendía las palabras de su amigo, era una gran parabola…

Jesús se fue caminando por la calle empedrada, que con su curvatura se veía más chica la silueta de su amigo mientras marchaba, Marius soltaba una lagrima; presentía, veía como su compañero se perdía en aquel horizonte, cada vez más distante, más apartado de él…

La despedida de Jesús
La conversación

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CAPITULO 3

EL SABIO DE LA COLINA



Y pasaron los días, las semanas, los meses, algún año; las tardes no eran como antes, faltaba el sexto niño en el juego de la pelota, la alegría. Marius estaba triste, y no se diga Fily, Mar, Rosa y Mey.


Les decía Rosa — ¡hey chicos! Conozco una canción que nos hará felices a todos, es la canción de Marius, la canción del rin, rin, rin, ¿la cantamos?

Mey — no creo Rosa, estamos pensando, que habrá sido de nuestro amigo Jesús, porque no viene ¿le pasaría algo?

Mar — no piensen eso, acuérdense que es un niño viajero.

Fily — tengan fe, ya vendrá ¡animo Marius! No te pongas triste.

Marius — es mi mejor amigo ¿porque se fue?

Mar — así es Marius, así es la vida, ya vendrá con alegrías o veras que sí.

Marius, desconsolado, con sus ojos lóbregos miró al cielo y dijo: ¡ah! ¡ya se!

¡Que! – dijeron todas.

Iré a consultar a Yermo al sabio de la colina — dijo Marius muy seguro —

Rosa — ¡No! Ya sabes lo que pasa cuando estés con él, te llevará muy lejos, te encerrará y te comerá, pues es el mismo demonio.

No lo creo — dijo Marius — y tengo el poder de hacerlo, sin miedo a lo desconocido ¿me acompañan? Tengo una corazonada, nada me podrá pasar, acuérdense de mi amuleto que me dio Jesús y mi canto que me protege, la canción del rin, rin, rin, es mágica cuando caminas por el bosque, nos regocija, además veremos si es cierto que tiene dos niños atrapados en su cueva ¡anímense!
Mey — es muy misterioso ese bosque Marius, no debemos ir, es muy arriesgado, pero; si te acompañamos ¿verdad, chicas?

Todas — ¡mmm…! ¡bueno!

Marius — aprenderán mucho de este viaje, os prometo, podrán hacerle cualquier pregunta que se les ocurra, Yermo sabe de todo, yo las cuidare con mi amuleto que me dio mi amigo Jesús.

Todas — de acuerdo Marius, te acompañaremos.

Marius — bueno, mañana nos vemos en la misma plaza en el mercado de telas, de allí nos vamos al bosque, traigan su comida y agua para el viaje.

Todas — ¡Si…!

Marius — y no lo comenten con sus papas, que no os dejaran venir.


(Imagen) Plaza de Mercaderes de Genaylla

A la mañana siguiente iban llegando una a una al sitio acordado, con caras misteriosas y de incertidumbre, no hablaban, parecía un ritual de la iglesia, ya estaban todas, pero faltaba alguien; Marius. Pero Marius no llegaba…

Rosa — ¿Qué le habrá pasado a Marius? Es el más interesado, ¿Dónde está?

Mar — y… ¿si ya no quiso venir?

Fily — no lo creo, ya lo conozco, ha de andar de chistorete escondiéndose de nosotras para crear el misterio. ¡Mariusssss! ¡Mariusssss! ¡ya sal! ¡Mariusssss!

De pronto todo quedo en silencio, una voz grita fuertemente con tono de sorpresa — ¡taran! — ¡Aquí estoy! Ja, ja, ja, — dijo Marius — ¿a poco creyeron que no vendría? Las puse en suspenso ¿verdad? Je, je, je.

No estamos para bromas Marius — dijo Mey — ya vámonos chistorete.

Marius — bueno, empecemos el viaje, yo les guío.

Todas se fueron siguiendo a Marius el guía, cruzaron por aquellas bellas calles de piedra, y poco a poco atravesaron la ciudad hasta llegar al pequeño bosque, donde se ve a lo alto la colina. Iban juntos murmurando, platicando y riendo.

Posteriormente empezaron a cantar la canción del rin, rin, rin.


Todos iban contentos tras aquella vereda, llena de flores de colores, se veían felices, con aquella simpatía que los hace irradiar cuando están juntos, esos ojos divinos de las niñas, y su voz dotada de hermosura que cantaban así:

Yo me encuentro muy feliz,
Pues siempre voy cantando
La canción del rin, rin, rin!

¡Rin, rin, ron, ron,
A que feliz estoy,
Rin, rin, ron, ron, ron,
¡Pues Shambayllano soy!

¡Brincando y jugando
Compartiendo mi canción,
Amigos voy ganando
Con la canción del rin, rin, rin!

¡Rin, rin, ron, ron,
A que feliz estoy,
Rin, rin, ron, ron, ron!
¡Pues Shambayllano soy!

Después de un lapso de tiempo — dice Marius — Tengo mucha hambre ¿alguien tiene hambre?

¿Tan rápido tienes hambre Marius? — le dice Fily — no tienes llenadera, siempre estas comiendo, pero bueno, comamos.

Los niños se sentaron a comer sus alimentos mientras se quedaban pensando, otros viendo al horizonte buscando algo, alguna pregunta, algo que querían saber.

Mey — ¿qué le preguntaran al brujo de la colina?

Marius — no es brujo, es un sabio, se llama Yermo ‹‹el sabio de la colina›› hace mucho tiempo vivía en la ciudad de Genemylla, una gran ciudad, pero se retiró a su morada que está en la colina, dicen que el solo la construyo sin ayuda ¡miren! ¡miren! ¿ven aquella piedra?

Todas — ¡Sí!

Marius — ah, pues allí vive el sabio de la colina, no está lejos, llegaremos pronto.

Mar — tu, Marius ¿Qué le vas a preguntar?

Marius — tengo muchas preguntas, pero le preguntare por mi mejor amigo Jesús; si volverá con
nosotros y cuándo llegará.

Fily — yo le preguntaré: ¿Por qué las rosas son rosas? ¿Por qué la tierra redonda? ¿Por qué el susurro del viento?

¡Oh…! — dijo Marius —

Rosa – yo le preguntaré: ¿de dónde venimos? ¿Quiénes somos?

Mey — yo le preguntaré: ¿Qué es el amor?

¡Oh…! — se quedaron todos sorprendidos.

Marius — son preguntas de adultos, je, je, je. Yo solo quiero jugar con mi amigo Jesús y Yermo me dirá donde esta o le doy con mi amuleto.

Fily — no te pongas así Marius, no resuelves nada y nos das miedo.

Marius — lo siento, es que tengo mucha desolación por eso lo que dije.

Pues; Marius ¡canta tu canción feliz! cántanos — decía Rosa — así se irán las tristezas y volverán las alegrías.

Marius — bueno, pero primero un trabalenguas, si lo repiten les canto canción feliz ¿va?

“En Shambaylla un Shambayllano pedía chamba a un chambero Shimbo llamado Chumba, que vivía en la chambilla de su chamba, y como chimba le dio chamba a Shambayllano en la chambilla de su chamba, Shambayllano chambeaba chimberamente en Shambaylla”

Je, je, je, ¿es bueno verdad? — decía Marius — a ver repítanlo.
Pues ¡No! está muy difícil tus shamba quien sabe — dijo Mar —

Pero luego les canto — decía Marius — ya estamos llegando ¡miren! ¡miren! Esa cabaña ¡miren! ¡que hermosa es! de prisa, corran amigas, vamos a tocar la puerta, a visitar al sabio Yermo.
(Imagen) La casa de la colina

Todos juntos se acercaron, con cara de asombro, diciendo en sus pensamientos ¿Quién construiría esta casa en la colina? ¿Cómo trajeron los materiales? Qué bello, parece una nave espacial ¡wooow! — dijo Marius —

Se acercan lentamente a la puesta y se escucha el, toc, toc, toc, ¿hay alguien allí? somos cinco niños con muchas preguntas para el sabio — decía Marius en voz alta —

Después se escuchó un silencio, después un susurro del viento, el trinar de los pájaros, una paz celestial, todos se miraban entre sí, misteriosos, y la puerta se abre sola, todos asombrados, con un rostro pálido escucharon unas palabras que decían: ¡pasen! ¡pasen! No tengan miedo amigos ¡Siéntense! Disfruten unos bocadillos, adelante…

Los niños asombrados entraron silenciosamente y caminaron al centro de la casa mientras miraban la belleza del lugar, al centro una mesa de madera redonda brillaba, sus muebles blandos y acolchonados les invitaba a sentarse. Al centro de la mesa había dulces, muchísimos dulces para todos, panes, galletas, gelatinas, jugos, etc., etc.…

Sin pensarlo y pedir permiso empezaron a comer, mmm, — se escucha de pronto una voz —

Mey — paren chicos, los dulces están envenenados, acuérdense que tiene dos niños encerrados en esta casa.

Marius — No lo creo, sigamos comiendo.

Y los niños continuaron comiendo dulces, muchos dulces, de pronto unos niños con sus sonrisas sin igual salen de una puerta y dicen:

¡Hola amigos! Me llamo Ángel,

¡Hola! me llamo David,

¡Oh…! Quedaron todos asombrados,

¿Que no estaban atrapados por el brujo? — comento Mar con asombro al verlos —

¡Ah! te refieres a Yermo el sabio, y ¡No!, no estamos atrapados, venimos aquí muy seguido a aprender muchas cosas que el sabio nos ofrece.

Pensábamos otras cosas amigos — dijo Marius —

¡Sí!, si, — en tono firme dijo David — hemos escuchado muchas historias por el pueblo, pero no hagan caso, ya lo conocerán, y digan: ¿que los trajo hasta acá?

Venimos a consultar al sabio, tenemos muchas preguntas — dijo Mar —

Marius — ¡sí!, queremos consultar al sabio Yermo, él nos guiara hacia nuestro amigo.

Ángel — El los atenderá enseguida, está preparando su clase, ya viene y nosotros en un momento regresamos, sigan comiendo golosinas que están súper ricas.

Los niños se entretuvieron un buen rato; hasta se habían olvidado a que iban; de pronto se escucha una puerta que se abre y se cierra inmediatamente, todos volteaban y no veían a nadie que entro, Marius observo detenidamente que la cortina se movía un poco, pero no había ventanas abiertas ni viento cercas, se quedó pensando y dijo en voz alta.

¡Esto está muy sospechoso!

Se quedó detenidamente viendo la cortina y abajo vio unos zapatos bombachos, redondos; camino sigilosamente hasta él y dijo: ¡Te atrape! Mientras abría la cortina y el sabio Yermo había sido descubierto, se empieza a reír a ton y a son mientras les dice:

¡Bienvenidos a la mansión de la colina del tío Yermo! pueden venir siempre que gusten a divertirse mucho. Los invito a que sigan jugando.


Todos estaban contentos, pues el sabio proyectaba un ambiente alegre de luz que invitaba a los niños a seguir jugando, brincando y degustando esas golosinas que el tío Yermo mismo cocinaba, pues era el rey de la repostería.

Tío Yermo — ¡niños! ¡Escuchen! quieren preguntar cosas interesantes, ¿cierto?

Todos — ¡Sí!

Tío Yermo — Tranquilos; uno a la vez.

Yo, yo, yo — se escuchaba a una voz las palabras de todos los niños inquietos, ¡yo! ¡yo! Tío Yermo.

El tío yermo se había ganado en segundos el cariño de los niños.

Haber dime tu, ¿Cómo te llamas? — le decía el sabio a una niña muy tierna.

Rosa — le contesto con alegría —
¡Oh…! Rosa, ¿Qué deseas saber?

Rosa — me gustaría saber ¿de dónde venimos? ¿quiénes somos?

Tío Yermo — buenas preguntas Rosa, bueno; nuestro origen es infinito, siempre cambiamos de forma, dime Rosa ¿Qué sientes cuando tus papas conviven contigo? o jugar, comer, leer y estudiar.

Rosa — Siento alegría, mi corazón se mueve rápido como si pretendiera salir.

Tío Yermo — Tu lo has dicho ‹‹el origen de toda vida es aquello que palpita, que posee energía, que vibra de volver a nacer, es aquello que nos da la vida›› Tu otra pregunta ¿Quiénes somos? Bueno; «somos el todo, somos el principio de algo y el final del todo, un gran sueño eterno, que se vuelve a activar cuando termina un proceso de vida, un círculo infinito» la vida es hermosa como tu nombre.

Rosa se quedó impresionada con aquella respuesta del sabio Yermo, se dirigió y se sentó en el sillón cómodo, quedó inmóvil y callada como estatua, no parpadeaba, un gran silencio.

De pronto yermo con su sonrisa se dirige a otra persona y le pregunta: ¿Cómo te llamas?

Mar — le contesto —

¿Que deseas saber? — le mencionaba el sabio
Mar — algo que siempre he pensado ¿Por qué el cielo es azul?

Tío Yermo — Excelente pregunta, ¡m…!, el color azul es hermoso, ‹‹El cielo es de ese color porque en él se condensa el susurro del viento, un momento bello donde un suspiro nos da la vida, el aire de allí nos regocija, nos muestra su amor, nos abraza y nos hace ver la belleza de nuestro creador, ello es el significado del color azul celeste››

Mar — Dios.

Sabio Yermo — es un criterio personal, pero ¡Sí! Es Dios.

Mar estaba maravillada con las palabras del sabio Yermo, el sabio de la colina, al igual que Rosa se sentó en el sillón y quedo callada, pensando, pensando.

El sabio dice: ¿Quién sigue? Mientras dirige su mirada a una niña blanca, blanca de su piel y su cabello. ¡haber tú! ¿Cómo te llamas?

Mey – le contesto amablemente la niña —

Dime, ¿Qué te gustaría saber? — dijo el tío Yermo —

Mey intrigada e inteligente le pregunta: ¿Qué es el amor?

¡Uf…! — contesto el sabio Yermo — es algo difícil de explicar, pero bueno tengo respuesta «El amor es aquella chispa que nos hace vibrar, que nos motiva a crecer, que nos indica el camino, nos recuerda que estamos vivos, es la pasión a lo que hacemos, amar a tu prójimo es entregar tu corazón, decirle que su presencia te regocija, te hace feliz, te dice que eres importante como el aire que respiras»

— dime Mey — le pregunta el sabio, ¿Qué sientes cuando respiras?

Mey — que estoy viva, que nazco a cada respiro y suspiro.

Tío Yermo — eso es el amor, estar vivo.

Igual; Mey se quedó impactada ante las palabras del sabio Yermo, Fily y Mario estaban impactados, con la boca abierta y Yermo se quedó viendo a los dos detenidamente y dice en voz alta:

Las damas primero, y dice: ¡tú! La niña de los ojos grandes y hermosos ¿Cómo te llamas?

— ella contesto — Fily

Tío Yermo — Dime mi querida Fily, ¿Qué deseas saber?

Fily — ¿es cierto que la tierra es redonda?

Tío Yermo — buena pregunta, bueno; « La tierra es redonda al ojo humano, a lo que nos han indicado » — pero Fily —  « Todos tenemos en nuestro corazón un universo diferente de cada cual, la modalidad de la forma de la tierra es la percepción personal, así como el color es diferente para cada ojo, la tierra es diferente en forma para cada individuo» has pranayama por las mañanas y veras que la tierra tiene muchas formas a cada día, tu percepción del todo cambiara el rumbo, «No a todos les gusta el pan de vida» todos vemos diferente, cuando hagas prana veras el mundo desde tus bellos ojos grandes y bellos.

Fily quedo maravillada a lo que el sabio Yermo le dijo, camino al sillón se sentó, tomo unas galletas y quedo callada pensando en las palabras del sabio.

         La tarde era maravillosa, todos estaban satisfechos de sus respuestas, pero Marius estaba intrigado, muy sospechosamente intrigado. No sabía que le iban a decir, lo suyo no eran palabras de sabiduría, era un hecho si su amigo volvería o no.

Yermo miraba triste a Marius, camino hacia él y le dijo:

Marius ¿que tienes?

Nada — contesto Marius — sé que no tendrás respuesta para mí, pero dime de donde me conoces, ¿cómo sabes mi nombre sabio Yermo?

Sabio Yermo — Somos amigos desde siempre

Marius — No te creo.

Yermo — en 2000 años más me recordaras, me lo dirás y seguiremos siendo amigos, trabajaremos juntos. Además, tendrás otro buen amigo con nombre de piedra y vivirás en un lugar rodeado de piedra.

Mario — No lo creo

Yermo — Bueno, dime Marius, ¿Qué te gustaría saber?
Nada — contesto Marius — mientras caminaba triste a la puerta de la casa de la colina dispuesto a irse, pues no esperanzaba una respuesta a favor.

Yermo — ¡Marius! ¿A dónde vas? Dime; tengo una respuesta, de verdad.

Marius — No, no hay respuesta; pero aun así te lo diré, tengo un amigo llamado Jesús y tiene mucho tiempo que ya no estamos juntos, siempre regresaba después de cada viaje que hacía, pero esta última vez ya no volvió, me abandono.

Yermo — ¡ah…! ¿Jesús el mercader? ¡Huy Marius! no te pongas triste, es muy amigo mío, regresara pronto, dale tiempo.

Haber — dijo Marius — ¿Dónde está? ¡dímelo! — le decía con voz muy alta — ¡dímelo! — insistió —

Yermo quito un poco de su sonrisa para decirle algo serio e importante, no sabía que decirle, era la primera vez que el sabio dudaba un poco de sus palabras, se le acerco a Marius y le abrazo.

¡vez!  ¿vez? — le decía Marius con voz acusadora — me abrazas para consolarme, no tienes respuesta.

Yermo — Lo se Marius, no tengo respuesta, lo único que te puedo decir es que confíes en él, así como el confió en ti, los amigos somos eternos, y si abres tu corazón el estará allí, para siempre. ¡Créetelo!, ten fe, sé que eres extraordinario y perceptible.

“Las semillas germinan desde la tierra, pero siempre buscan alcanzar el cielo”

Tu fe alcanzara ese cielo que buscas, él te lo dijo, ¡brilla! ¡brilla! En tus sueños lo veras Marius, platica con el «No está en mis conocimientos tu amistad con él» está en tu corazón.

“la verdad es necesaria” “se siervo que el altísimo está en tu Shambaylla”

¿Cómo sabes de Shambaylla? — dijo Marius inquieto —

Yermo — Soy sabio, se de tu Shambaylla, confía en mí, Jesús regresara y tú tienes un camino trazado, nos volveremos a ver Marius.

Yermo sonrió, le abrazo y se marchó. Marius quedo en shock mientras digería las palabras del maestro, se sentó, comió una quesadilla y pensaba, y pensaba. Después de algunos momentos Marius sacudió la cabeza y dice:

¡amigos! — Que les parece si nos vamos, ya va a ser de noche, despidámonos.

Todos — ¡Gracias! ¡Gracias!

La despedida fue muy rápida, pues Marius seguía triste, no había razón para sonreír. Caminaron, caminaron y Marius seguía serio, no decía palabra alguna, su miraba estaba perdida hacia ningún lado, sus ojos casi llorosos denotaban su sentimiento por su amigo que no regresaba.

De pronto le dice Mey — ¡Marius! ¡Marius! ¡Canta! ¡Canta!, y todas se le acercaron rápidamente y le abrazaron, Marius se puso contento, le abrazo y empezó a cantar.

Marius cantaba, Marius sonrió y dijo — ¡Si! ¡Si! ¡Si! El vendrá, el vendrá, lo creo, lo creo. Marius sonreía a diestra y siniestra y cantaba la canción del Rin, rin, rin, y todas se unieron al canto que decía así:

¡Cuando marcho por el bosque
Yo me encuentro muy feliz,
Pues siempre voy cantando
La canción del rin, rin, rin!

¡Rin, rin, ron, ron,
A que feliz estoy,
Rin, rin, ron, ron, ron,
¡Pues Shambayllano soy!

¡Brincando y jugando
Compartiendo mi canción,
Amigos voy ganando
Con la canción del rin, rin, rin!

¡Rin, rin, ron, ron,
A que feliz estoy,
Rin, rin, ron, ron, ron!
¡Pues Shambayllano soy!

Llegaron al pueblo de Genaylla, a la plaza donde solían jugar a diario, se abrazaron y sin cruzar palabra, cada quien marcho a su casa.

La noche fue un rotundo silencio para cada uno…



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CAPITULO 4
JESÚS REGRESA Y TRAE LA BUENA NUEVA

El sol alcanzaba a todos los rincones de Genaylla, el pueblo empezaba el día con alegría, los mercaderes vendían quesos, telares, utensilios, artesanías.

 La cabañita de Marius

Mar, Mey, Rosa, Fily y Marius seguían dormidos, cansados de aquel viaje del día anterior; pero en aquella calle empedrada, en el mercado surgía una silueta reconocible a primera vista, el niño de la manta blanca, un niño con corazón de coloso aparecía con aquella sonrisa, camino y camino; paso por la casa de Marius recoge una piedra y la lanza a la ventana, Marius despertó intrigado y se dirige a la ventana pero no veía a nadie, pues Jesús se escondía, instantes después: lo mismo, le aventaron una piedra a la ventana, se asoma Marius y no ve a nadie, pues Jesús se escondía; Marius se enoja y grita ¡váyanse a molestar a otra parte! Tengo sueño. De pronto observa una silueta escondida en aquel telar y dice:

No, No, No es el — decía Marius con su corazón acelerado — cierra la ventana, y de nuevo otra piedra, pero esta vez le traspaso y le pego en la cabeza a Marius. Se asoma a la ventana y dice: ¡ya! ¡ya! ¡ya basta! Dirigiendo la vista de nuevo al telar, hizo cara de asombro; pues sus ojos reconocieron la silueta de la manta, ¡No! ¡No! No puede ser ¿Jesús? ¿Jesús? ¡Volviste!

Marius corrió hacia la puerta y salió al mercado a buscarle, ¿Jesús? ¿Jesús? — pregunta en voz alta — ¿estas allí Jesús? Insistía, pero no veía a nadie; él pensó que era su imaginación, agobiado se sentó a un lado del puesto de quesos y tristemente los pellizcaba y comía, permaneció viendo el horizonte mientras una lagrima salía de sus ojos, de pronto se escucha una voz melodiosa:

¿Porque lloras? — le dijo Jesús mientras le tocaba el hombro — ¿acaso no estoy aquí que soy tu amigo?

¡Jesús! ¡Jesús! — dijo Marius con voz emotiva, ¿eres tú de verdad? ¿Estoy soñando? ¿Eres de carne y hueso?

Si, soy yo — le decía su amigo —

¿Ya no te volverás a ir verdad? — le preguntaba Mario ansiosamente —

¡No!, no, siempre juntos, recuerda; siempre juntos.

Marius gritaba de alegría, ¡si¡¡si¡¡sí! y corrió por el pueblo ¡Filyyyy! ¡Marrrr! ¡Meyyyy! ¡Rosaaaa!, vengan aquí está mi mejor amigo ¡Si… ¡

Todas se unieron con Marius y su felicidad, brincaron, bailaron; se pusieron contentos, le abrazaron y le preguntaron a Jesús el porqué de su viaje tan largo.

Jesús les respondió:

«A veces vamos intrépidamente a lugares nuevos, conocemos grandes bellezas y nos damos cuenta de nuestras raíces, nuestras propias bellezas, nuestras amistades, es imposible abandonarles porque cada uno tiene una misión, los amo amigos, la amistad es para siempre»

A ti Marius; así como aprecias mi amistad eterna, ama a los tuyos, ama a tu hermano el hombre, a tus amigos “todos debemos de ser felices, y eso se logra a través de la amistad y lealtad”

Pronto me volverán a ver, pronto, pronto, pronto, pues tengo otro viaje, Marius nos vemos en 2000 años …. Pero por ahora ¡aah! ¡allí va! ¡allí va!, y:



¡que no caiga! ¡que no caiga!
¡que te convertirás en papa!
¡que no caiga! ¡que no caiga,
¡que serás el niño papa!...

Y así fue aquella tarde, llena de felicidad y amistad…

FIN…

Palabras del Autor:
Y así fue mi vida y experiencia con mi amigo Jesús. Ya han pasado 2000 años y seguimos juntos, es una prueba que la amistad es eterna. Al igual sigo trabajando con el Sabio Yermo…

Aunque ha pasado miles de años, sigo sin entender esta parabola:

“Cuando una vela se apaga, se enciende su sucesora, la que se apaga va al infinito, que se queda prepara su infinito” vuela Marius…

Pero; también comprendí que el amor hacia nuestros semejantes es la llave que abre todas las puertas; y que el corazón atrapa toda esperanza, todo lo que creemos y lo que amamos.

“Créetelo y se cumplirá”
Marius


GENEMYLLA, poblado paradisiaco de Agharta, se caracteriza por su agricultura.
SHAMBAYLLA, Cd. Capital de Agharta. Mundo celestial de luz, Existente en el plano astral. Donde solo los iniciados pueden llegar por medio de la preparación. Todos los habitantes de Shambaylla son seres de una bondad indescriptible, y una mirada serena.
PRANAYAMA, es toda aquella energía que poseemos cuando meditamos, prana es estar en armonía con el OM universal.

GHARTAYLLA, pequeño poblado de Agharta, conocido por sus hermosos lagos y su rica gastronomía, entre ellos el helado de mil sabores.
SHIMBAY, Ciudad paraíso, conocida por su gran belleza en su arquitectura.


GENAYLLA, Ciudad mágica de Agharta, cercas de Shambaylla, en el cual radica la mayor parte de la población del viejo mundo.
AGHARTA, Estado en el cual radican varios pueblos paradisiacos, donde se inicia la humanidad.